martes, 31 de enero de 2012

Aspirantes a Los Pinos compran seguidores en las redes sociales

Los partidos ahora trasladan sus chicanerías al mundo online, señala investigadora

Si Ernesto Cordero fuera candidato en Estados Unidos podría ser más competitivo, al menos en Twitter, donde 70 por ciento –de una muestra de 500 seguidores– son de Estados Unidos, Francia y hasta Japón.

Los adeptos a Josefina Vázquez Mota son cientos de miles, aunque la mitad corresponde a cuentas fantasmas o mudas.

El sueño de cualquier político, de conquistar miles de seguidores en cuestión de horas o contar con ejércitos de trolls –los provocadores de controversias en Twitter–, se puede cumplir en las redes sociales. Se trata del ciberacarreo, logrado ya no con tortas y refrescos, sino con tecnología y grandes sumas de dinero.

Quien cree que hacer campaña en Internet es barato está equivocado. Por un ejército de 25 mil seguidores inventados en Twitter se pagan hasta dos mil dólares, y por 500 perfiles manejados por 50 personas se pueden gastar entre 12 mil y 15 mil dólares, según la casa de campaña de Santiago Creel.

Con bots, como se conoce a los robots programados por computadora u operados por personas reales, empresas dedicadas al manejo de redes sociales en México, Estados Unidos o incluso Asia logran crear la ilusión de que sus clientes gozan de mucha popularidad.

También usan estos bots para defender, criticar o trollear a los adversarios, como ocurrió en los debates entre panistas.

Detrás hay tecnología y una nueva industria que encontró un filón de oro: las ansias del político por ganar la batalla de la percepción en el mundo digital, el nuevo factor en las elecciones de este año.

Ninguno de los responsables de difusión o de redes sociales de las cinco campañas acepta valerse de esta engañosa estrategia. Pero también evitan revelar los nombres de las empresas consultoras que los asesoran, por tener contratos de confidencialidad.

Un análisis efectuado por La Jornada en Twitter refleja un crecimiento desmedido de seguidores, sobre todo en las cuenta de Josefina Vázquez Mota.

De 500 perfiles revisados en la cuenta de Vázquez Mota, 151 son huevos, como se conoce a las cuentas sin fotografía; otros 233 lucen imágenes, pero tienen las características de ser fantasmas: han enviado cero o no superan los tres tuits.

El diputado Agustín Torres, responsable de redes de la panista, califica de fraude el uso de bots, y se pregunta si fueron plantados por alguien. No sé quién esté dispuesto a pagar por esas cosas; te lo digo en serio, no le veo un valor; nosotros apostamos por la gente real.

Con Peña Nieto ocurre una situación similar,

Aurelio Nuño, coordinador de difusión del priísta, atribuye el incremento de seguidores (en promedio 100 mil cada mes) a la popularidad de Peña Nieto. Al plantearle que hay muchas cuentas aparentemente falsas, revira que deberá indagarse quiénes son los autores. Nosotros no lo hacemos, es una mala estrategia.

El nuevo encargado de redes del cuartel de Cordero, Javier Murillo, niega haber detectado bots. De hecho, él tiene apenas un mes en esta tarea; una empresa estadunidense perdió el contrato por no haber tropicalizado la estrategia al caso mexicano, explica Juan Ignacio Zavala, coordinador de mensaje y contenido.

Quizá por eso en el Twitter de Cordero hay 95 mil seguidores y no tantos huevos, pero de medio millar estudiado por este diario, 344 son usuarios de Estados Unidos, después de Francia, Japón y China.

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